Ocurre siempre. Llega la nueva temporada y nos inunda de cosas nuevas (o de reintepretaciones de lo que ya conocíamos y que nosotros, incautos y facilones, vemos como nuevo) y comienza la lista de deseos interminable de las prendas que queremos en nuestro armario.

Puede pasar que veamos algo que nos encanta. Lo compremos y lo estrenemos felices de que es ideal. El proceso normal, vaya.

Pero a mí me ocurre en ocasiones, que la moda juega con mis gustos. Yo tengo claro, clarísimo que algo no me gusta. No me ha gustado nunca y no me he planteado siquiera que pueda gustarme. Y de repente se pone de moda. Entonces ocurre que:

1. No me gusta y no me gusta. Espero a que pase de moda mientras la critico sin miramiento y miro con lástima a los que sí cayeron en esa moda. Ejemplo: Camisetas de rejilla. Creo que no son para mí y no creo que nunca lleguen a apetecerme.

    camiseta rejilla

 

2. Me gustó, lo llevé, me dejó de gustar. Es muy difícil que algo que me gustó y me dejó de gustar vuelva a gustarme. Ejemplo paradigmático: las hombreras. Las llevé hasta aborrecerlas cuando tenía 15 años. Volvieron hace un par de temporadas y, aunque reconozco que el cambio que traían consigo las hacía más interesantes, yo supe que no eran para mí. Esperé a que pasaran de moda y asunto acabado.

 

hombreras

3. Nunca me gustó, nunca me lo puse y ahora es rabiosa tendencia. Aquí viene el peligro. Lo empiezas a ver, presentado de un modo que nunca te habías planteado y de repente salta el resorte y sientes que lo necesitas. Ejemplo: el color verde mint. Nunca me ha gustado el color verde, pero había algunas tonalidades que tenían un pase. Pero ¿este tono? ¡Jamás! Lo veía y me horrorizaba. Bueno, pues ahora me encanta y estoy segura de que en breve me compraré algo de ese color.

El detonante, el jersey de Acne, que corre por la red como auténtica pólvora y que todas secretamente estamos deseando tener (imposible para mí gastarme 240 euros en un jersey, aunque si lo quieres lo tienes aquí)

acne jersey

Hay muchos sustitutos. Desde jersey, chaquetas, blusas…

Yo sé que caeré. Y es que no tengo personalidad. Al menos en lo que a moda se refiere.

 

 

Imagen: Fashcinados, Marie-Claire, net-a-porter