Desde hace ya un tiempo me propuse tomarme el hecho de cuidar mi piel como algo divertido y no como una obligación latosa que realizar cada día por obligación. Comprar productos que den resultado, que sean agradables, que huelan bien ayuda bastante.

Ahora, yendo un paso más allá, estoy procurando que cada mañana me de tiempo a “arreglarme” un poco, de modo que pasar por los espejos no suponga asustarme de mí misma.

Os voy a enseñar todo lo que uso, que a priori puede parecer mucho, pero os prometo que invierto cinco minutos en usarlo todo y la diferencia es tremenda.

Limpiar y preparar la piel

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Lo primero de todo es lavar la cara. Sé que mucha gente opina que usar el agua del grifo es una agresión para la piel pero yo lo necesito para ponerme las pilas. Para lavarla uso el Gel Limpiador Frescor Hydra Vegetal de Yves Rocher. Es bastante suave y no tiene jabón, lo que lo hace más delicado para la piel.

Después aplico el tónico, en este caso estoy usando el l´eau bleue des anges, de LaconicumMe encanta su olor y también el hecho de que tenga dispensador, lo que lo hace mucho más cómodo y rápido de usar. Aplico con un disco por toda la cara a toquecitos.

Luego le toca el turno al contorno de ojos. Para mí es esencial, por encima de cualquier otro cosmético, dadas mis alergias y mi piel atópica que precisamente se manifiesta en los ojos. Me encanta el elixir 7.9 de Yves Rocherporque su aplicación es con un roll-on, lo que evita que lo toque con los dedos.

Por último, aplico el sérum. Desde que empecé a usarlos soy una completa enamorada de ellos por sus resultados rápidos en la piel (soy una impaciente y si algo no se nota rápidamente empiezo a dudar de su éxito). Ahora mismo estoy usando el powerful-strength line-reducing-concentrate de Kielhl´s y os diré que es alucinante como deja la piel. Atenúa muchísimo las arrugas y deja un aspecto “buena cara” instantáneo.

Dar color

 

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Hasta hace muy poco, este paso no existía en mi vida. Sí me hidrataba y usaba protección solar a diario pero no daba nada de color. Hasta que una mañana me dije “¿por qué no disimular un poco los defectillos y verme mejor?” Mi excusa era la pereza a desmaquillarme pero como desde hace un tiempo cada noche dedico un rato a limpiar e hidratar la piel, incluir un poco de agua micelar en el proceso tampoco era demasiado así que me animé y ahora me miro encantada en el espejo.

Primero aplico la bb cream de Clinique. Tiene bastante color y deja la piel muy aterciopelada sin sensación de llevar mucho maquillaje, que era lo que me incomodaba a mí. Además, tiene factor de protección 30, así que evito aplicarme protector solar.

Tras esto, aplico el borrador-corrector de Maybelline. Su aplicación es comodísima con la esponjita que incluye y atenúa las ojeras, que son mi gran problema.

Después uso el rizapestañas. Os parecerá una tontería pero el cambio del ojo es sorprendente y evita aplicar demasiada máscara.

La máscara de pestañas que uso a diario es la Couvrance en el tono marrón de Avene. Me encanta porque es ideal para mis ojos alérgicos en este momento y al ser marrón hace los ojos más grandes pero parece que no llevas nada.

Por último, aplico un poco de bálsamo labial, en concreto este de L´Occitane. Da un mínimo de brillo al labio y evita grietas. Además, al no tener color, me permite besar a mis hijos cuando los dejo en el cole sin dejarles marcas.

Os prometo que en no más de cinco minutos, mi aspecto es otro y que vais a tardar más en leer el post que lo que se tarda en realizar todo el proceso.

Merece la pena guardar cinco minutos, ¿no creéis?