Sentirnos femeninas

La culpa la tiene ella

Como cada lunes, ver El tiempo entre costuras, me produce (creo que nos produce a todas) una necesidad de sentirnos femeninas, de intentar copiar algo del estilo de Sira, o Aris o Adriana (que actriz tan maravillosamente perfecta) y así aportar algo de glamour a esta vida tan cotidiana. Y es que, además de la propia trama de la historia, el vestuario es sin duda el gran protagonista de la serie. Será que por aquí andamos algo escasos de estos productos televisivos, pero me confieso perdidamente enamorada de todo el ambiente que representa esta serie.

Por que, ¿Qué mujer no querría en su armario semejante vestuario? Más allá de épocas, todas en el fondo albergamos la fantasía de vestir estupendas, tal y como lo hace ella. Y aún reconociendo que no es ropa muy del día a día, ojalá tener el estilo que ella tiene para llevarlo como ella lo hace.

Y sin llegar a tanto, sin llegar a esas pieles, a esos trajes, a esos zapatos, hoy tengo ganas de perfumes intensos, femeninos.

De labios rojos (“una mujer nunca tiene suficientes barras de labios” decía ayer Aris)

De mejillas sonrosadas.

Así que he recuperado mi perfume invernal favorito (en verano resulta demasiado pero cada invierno vuelvo a enamorarme perdidamente de él, de ahí que ya vaya escaseando), este fabuloso rouge de Chanel y el Super Orgasm de Nars (impresiona un poco  al verlo en la caja, porque tiene muchos brillos pero reconozco que he quedado prendada de este colorete) y sin ser yo Sira Quiroga, me siento mucho mejor.

No está mal para un martes. Un día perfecto para sentirnos femeninas.