(Aquí os dejo con mi nuevo artículo publicado en Mahou Impressions. Espero que os guste)

 

La generación de los nacidos en los años sesenta y setenta ha marcado importantes diferencias respecto a las generaciones anteriores. Y es que, a diferencia de la de sus padres y abuelos ha sido la primera que ha tenido una verdadera niñez, y más aún, una verdadera adolescencia, dedicándose a las cuestiones propias de esta edad, como empezar a salir o dedicarse únicamente a los estudios, no como las generaciones anteriores, que en la mayoría de los casos, debían trabajar y contribuir en casa y convertirse en adultos incluso antes de llegar a la mayoría de edad.

Por tanto, parece lógico que tengan cierta nostalgia y síndrome de Peter Panrespecto a todo lo que vivieron en “aquellos maravillosos años”. Y ahora que han conseguido la independencia económica, se convierten en clientes deseosos de conservar recuerdos en forma de prendas, de modo que ciertos iconos de este momento de sus vidas vuelven a llenar las estanterías de las tiendas y las páginas web a la espera este nuevo mercado, de ahí que la venta de camisetas de Naranjitoo de personajes de Barrio Sésamo, por ejemplo, sigan siendo todo un éxito cada vez que una marca las saca al mercado. Y es que, aunque estén en la treintena o la cuarentena, sigan usando ropa de marcas de su juventud, como intentando asirse a la época más feliz de sus vidas.

La Gallinata Caponata, de Barrio Sésamo.

Y así también se explica el éxito del espectáculo por antonomasia de los nostálgicos generacionales,Espinete no existe, de Eduardo Aldán que durante varias temporadas ha sido todo un éxito de público.

En este estado de cosas, es normal que las marcas capten esta necesidad de traer al presente recuerdos del pasado y busquen en el baúl de los recuerdos todos estos hitos para satisfacer los deseos de este mercado. Un ejemplo de esto lo representa la reedición de las Nike Cortez, primeras zapatillas creadas por Nike en 1972 y que supusieron la llave del éxito para la marca, desde el momento en que fueron presentadas al público en lasOlimpiadas de Múnich de 1972. Desde entonces han vivido constantes rediseños y fueron recuperadas nuevamente para el imaginario general cuando se pudieron ver en los pies de Forrest Gump. Ahora, en su cuarenta aniversario, Nike vuelve a recuperarlas, conservando ese halo vintage tan del gusto de esta generación.

Imagen, cortesía de Amarras.

Pero si las Nike Cortez nunca llegaron a irse, una muestra mucho más clara de lo que esta generación demanda de la industria de la moda, es el regreso de una marca mítica de esta época: Amarras. Las sudaderas icónicas de esta marca, con su logo característico consistente en un nudo marinero, constituían todo un estatus para los que las lucían. Nacidas en 1979, tuvieron su época de auge, y ahora han vuelto con la intención de quedarse, con apertura de tienda de ropa masculina y unisex y con la venta de su artículo más simbólico, la sudadera con su logo dibujado en variedad de colores.

Estos son sólo algunos ejemplos, pero rara es la temporada en la que no hay un sinfín de reediciones y recuperaciones de los artículos que marcaron la adolescencia de esta generación de eternos adolescentes con lo que parece claro que las marcas están dispuestas a escuchar sus deseos, especialmente cuando resultan tan beneficiosos.