Lo bueno que tiene ver una colección de Ailanto es que sabes que no será una colección de invierno convencional, al menos en cuanto a colores y estampados se refiere.
Además, el hecho de que se cuente una historia a la vez que se ve el desfile, siempre es una experiencia que apetece tener. y este caso, se trataba de la historia de una chica que estudia en un conservatorio pero que quiere ser músico de rock.
La pasarela se trasformó en un piano y las modelos aparecieron sujetando instrumentos clásicos, como violines y violoncelos. Las primeras salidas fueron a ritmo de música clásica, y las modelos luciendo ropa en total black, pero hubo un cambio y comenzó a sonar "Rock me Amadeus", coincidiendo con una explosión de color.
Mucha lana, mucho amarillo en todas sus variantes, desde el dorado hasta el mostaza, pero sin descuidar también tonos más otoñales como grises o tierra.
Me gustaron especialmente los jerseys patchwork y las faldas y vestidos estampados.
Sin apenas hueco para prendas ajustadas, todas las prendas oscilaban entre el vuelo y la holgura, dando la impresión de comodidad.
Os muestro algunas fotos que realicé en el desfile:
I love alianto!!!!!!
Fue muy bonito!