El pasado fin de semana lo pasamos en una casa rural en la provincia de Segovia.

Teníamos ganas de ir a uno de estos alojamientos a los que ya habíamos ido cuando mi hija mayor tenía tres años pero que, por unas cosas o por otras no  habíamos repetido. 

Anduvimos buscando casas que cumplieran los requisitos indispensables para nosotros: que estuviera a menos de hora y media en coche de nuestra casa, que fuera un lugar tranquilo, que tuviera jardín bien protegido, sin peligros para los niños, y que la casa no tuviera escaleras para evitar caídas. Tras mucho buscar, encontramos la casa en la que hemos estado, que parecía perfecta según lo que vimos en internet.

Se trataba de Las Casitas de Velilla, un complejo de tres casitas rurales a escasos kilómetros de Pedraza. Nosotros cogimos la casa Lavanda, con dos habitaciones, una para los niños y otra para nosotros.

Fue verla y nos encantó. Al llegar tenía su chimenea ya encendida y su decoración era realmente bonita, con todo nuevo y cada detalle cuidado.

Hemos pasado un fin de semana maravilloso, los niños han jugado en el jardín (aunque ha llovido, hemos aprovechado los momentos de sol para corretear por allí), hemos hecho una barbacoa, nos hemos calentado en la chimenea… 

Lo mejor de todo han sido los pequeños detalles: los dulces preparados en la cocina, los juguetes que había en un baúl, que han sido la delicia de mis hijos, el paseo matutino por Pedraza… 

Aquí os enseño algunas fotos, pero no dejéis de visitar la página para ver la casa por dentro.

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La verdad es que hemos venido encantados y deseando repetir. 

Hemos encontrado el lugar perfecto para disfrutar en familia.

*Fotos tomadas por mí