Como ya os he contado en un par de ocasiones, este otoño he decidido retomar la Operación Armario, que básicamente consiste en comprar ropa con más cabeza y tener un armario a pleno rendimiento y no lleno de prendas que se mueren de pena todo el invierno sin apenas uso. No me planteo dejar de comprar, sólo pensarlo bien antes y tener prendas que verdaderamente me enamoren.

Para ello, tengo presentes una serie de ideas que me ayudan a llevarlo a cabo con cierto éxito:

  • Tener buenos básicos de fondo de armario: se puede vestir perfectamente de básicos sin ser aburrido, pero para ello es necesario que esos básicos sean de una calidad suficiente para vernos bien con ellos. Un vaquero que nos favorezca, una camisa blanca que esté blanca (si amarillea nos hará sentir incómodos y precisamente lo que queremos es sentirnos bien) o un jersey negro que no esté lleno de pelotillas. El que tiene un buen fondo de armario de básicos tiene un tesoro.
Camisa blanca blanco
  • Los complementos son la clave: si vestimos de básicos y cambiamos de complementos parecerá que hemos cambiado de ropa. Un bolso de piel nos acompañará muchos años y es la mejor inversión. Unos buenos zapatos pueden hacer maravilloso unos simples pantalones negros. Un buen cinturón cambia totalmente la imagen de una blusa.
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  • Las joyas, a la vista. Quien dice joyas, dice bisutería. Da igual que no sean de calidad siempre que estén en buen estado. A mí me ha sido de gran ayuda tener un joyero transparente, así veo lo que tengo y no cae en el olvido. Lo mismo he hecho con los pañuelos, los he ordenado todos en el cajón y sólo con abrirlos sé todo lo que tengo. Es muy cómodo y me permite variar mucho más.
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  • La belleza es imprescindible. Cuidarnos bien la piel, las manos, las piernas… hacer una buena limpieza de cutis  y cuerpo y una buena hidratación puede hacer más por nuestra imagen que la mejor prenda. Un esmalte de uñas o una barra de labios de un color que nos favorezca no suponen un gran desembolso y el resultado siempre será un éxito.
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  • Revisar nuestro armario. Sacar las prendas que verdaderamente nos gustan, ordenar las camisas y vestidos por colores, poner faldas con faldas y pantalones con pantalones, dejarlo todo bien a la vista y guardar lo que sabemos que no vamos a ponernos y que nos da pena tirar. La idea es que a golpe de vista al abrir el armario podamos ver prendas que nos apetecen, así las sacaremos mucho más partido. 
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  • Si hay que comprar algo, que sea especial. Una vez cubierta nuestra necesidad de básicos y ordenado todo nuestro armario, veremos que no necesitamos mucha más ropa, pero en caso de que tengamos el capricho de algo concreto, hay que intentar que sea una prenda que nos haga especiales, que cambie totalmente nuestra imagen y que vayamos a dar un buen uso. Pararse a pensar antes de comprar siempre da buen resultado. Y si queremos comprar, podemos buscar algo distinto, hay muchas tiendas físicas u online que nos ofrecen productos menos vistos que en las grandes cadenas. Y no tienen porqué ser más caros. 

 

Yo seguiré al pie de la letra estas ideas y seguro que incorporo alguna más. 

El año pasado me fue muy bien, este año espero que sea aun mejor.

 

*Fotos mías y de San Google