Juana Martín abandonó su habitual registro (con toques andaluces muy marcados) para desmarcarse con una colección casi enteramente de corte y con un toque más sofisticado, prácticamente sólo con blancos y negros.
En mi opinión falló. La colección se hizo pesada (puede que sea por mis gustos, pero no le veo demasiadas salidas al cocktail en un mercado como el nuestro) y hubo errores en el tallaje de las modelos, hasta el punto de que una modelo estuvo a punto de perder el vestido en la misma pasarela.
Lo que sí me gustó es la original idea de colocar espectadores en sillas en el centro de la pasarela a modo de front row y los tocados que llevaban algunas de las modelos.
Os muestro algunas fotos que realicé en el desfile:
Detalle de las sillas antes de que se sentaran los extras de front row en la pasarela
Y los extras ya colocados en sus sillas
Detalle del tocado
Detalle de la modelo perdiendo el vestido