Soy una persona muy caprichosa. Lo he sido desde siempre, y los años, no sólo no me han hecho madurar, sino que según en qué, lo han empeorado. A veces, la cabeza puede al corazón y suelo alegrarme del resultado, pero sólo a veces.

Las más, termino abocada a un capricho estúpido del que seguro me voy a arrepentir más temprano que tarde.

Y lo más curioso es que tiendo a justificar mis caprichos con razones de más o menos peso. Otras, sin embargo, es prácticamente imposible.

Mi último capricho es de traca. Es éste:

 

milla monogram canvas Pochette PM

 

Tiene el rimbombante nombre de Monogram Canvas Milla Pochette PM y como podéis observar, se trata de una carterita pequeña de Louis Vuitton. Y digo lo de pequeña, porque, aunque existe la versión ligeramente más grande, a mí la que me gusta es la pequeña, de un tamaño aproximado de 15 centímetros y medio por 9.

La culpa de mi capricho (los caprichosos somos así, le echamos la culpa al resto del universo, son los demás los que nos hacen caer) la tiene una española a la que vi con ella en un andén en Interlaken, Suiza. Era la mar de mona (la chica, claro) y llevaba un bolso de Loewe del que colgaba mi cartera. Además, había ido de compras, porque llevaba una bolsa de Prada. Fue verla y sentí como la envidia me subía desde los pies hasta la cabeza. Pero fue curioso porque, más que el superbolso de Loewe, o la misteriosa bolsa de Prada, lo que me conquistó fue la cartera que, a modo de bolsillo auxiliar colgaba de su bolso.

Y yo lo quise.

Después busqué y busqué en internet (bueno, no tanto, que está en la página de Louis Vuitton y en Eluxury) y averigüé que se llamaba Milla en homenaje a la artista multidiscipinar Milla Jovovich (lo de artista multidisciplinar lo leí en una página que la describía y me encantó) y que podía ser utilizado para llevar en la muñeca, en el hombro, como cartera de mano o como adorno para el bolso. Vamos, la mar de útil.

Pues no, no lo es. Eso me dice mi parte lógica y madura. Es demasiado pequeño y no cabe casi nada, y para llevar cosas ya tengo otros bolsos más grandes.

Además, como ya es obvio viendo de la marca de la que se trata, no es especialmente barato. En concreto, en Eluxury cuesta la friolera de 355$, algo así como 278,817 euros. Toda una ganga.

¿Es una estupidez derrochar ese dinero en algo así? Nuevamente mi yo lógico me dice que sí. Y sin embargo, es tan bonita y siento que la necesito tanto…. Es más, no puedo evitar pensar, cada vez que me visto, que ése sería un buen momento para llevar mi cartera.

Supongo que, finalmente, mi fiebre se pasará. Que algo más estúpido pero con suerte, más barato, se cruzará en mi camino y dejaré de pensar en la Milla.

Hasta entonces, sólo me queda respirar hondo y repetir, como si se tratara de un mantra:

 

“Es tonto, estúpido e inútil y realmente, aunque yo lo crea, no lo necesito”

 

Ayudadme a no sentirme la única caprichosa del mundo:

¿Cuál ha sido tu último capricho? ¿Caíste o resististe?

Yo creo que podré resistir y no caer en éste. O al menos, eso espero.