Y ya estoy de vuelta de las vacaciones. Vuelta al calor, a la rutina… y a las obras. Porque, como dejamos a medias las reformas de la casa, pues ahora hay que terminarlas. Así, pues, doblemente duro el regreso, pero bueno, hay que hacerlo y cuanto antes, mejor.

El regreso ha sido un poco más dulce pues al regresar he visitado todos los blogs de “obligado cumplimiento” y me he llevado la sorpresa de que mi querida lujosabarcelona me ha otorgado un premio y unas palabras muy dulces. Sí, ya sé que debo nominar a varias personas, pero es que, con las vacaciones de por medio, casi nadie se va a enterar, de modo y manera que daros por nominados todos los que aún andáis por aquí y váis a leer este post, que con el calor que hace, tenéis doble mérito.

¿Las vacaciones? Pues estupendas, como todas las vacaciones. Suiza es un país maravilloso que tiene su encanto en cualquier época del año, pero en verano, desborda belleza por todos los lugares y es digno de ser visitado, sin duda. Os muestro algunas fotos:

Suiza es un país básicamente verde:

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en el que hay muchos turistas:

 

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sobre todo japoneses y árabes, pero también muchos españoles;

en el que todo es grandioso (hasta el ajedrez)

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y en el que hay vacas por doquier:

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Y en el que finalmente sí encontré a Pedro:

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Este es sólo un pequeño adelanto. Mañana (o pasado, depende de las obras) espero poder explayarme más con el relato de los hechos y sobre todo, con muchas anécdotas curiosas.

¡Feliz semana!