Aquí os dejo con el artículo que la pasada semana publiqué en Mahou Impressions. Espero que os guste.

 

En el ir y venir constante de la moda, esta temporada regresa con fuerza una prenda que había estado olvidada durante bastantes años: la cazadora vaquera. Indisolublemente unida a imágenes de cowboys, es imposible separarla de algunas escenas icónicas del imaginario general, con películas míticas como “Dos Hombres y un Destino” o más recientes como “Brokeback Mountain”.

                                                  Clásico cowboy norteamericano.

Este tipo de chaqueta empezó a utilizarse a principio de los años treinta como uniforme de trabajo, formando conjunto con los pantalones vaqueros, aunque sería en los cincuenta cuando se rescataría por parte de la industria de la moda para pasar a ser usada de forma generalizada.

Fue prenda estrella a finales de los ochenta y principios de los noventa, y después de su éxito pasó a un segundo plano del  que nadie parecía quererla sacar. Pero tras haber dejado atrás la tendencia de los blazers, a la que le sucedió la de las chaquetas perfecto, parece claro que esta temporada va a ser la prenda básica del entretiempo, y que deberemos desempolvar la antigua cazadora guardada en el fondo del baúl (en el caso de los afortunados que aún la tuvieran ya que es una prenda que adquiere solera y se vuelve más interesante cuanto mayor es su uso) o bien elegir un modelo favorecedor de los muchos que las diferentes marcas nos ofrecen para ir acordes a la tendencia reinante.

En la actualidad, marcas como Levi´s o Gas son grandes especialistas en la venta de chaquetas vaqueras e incluso hay grandes diseñadores como Armani, que tiene su propia línea denim con propuestas muy interesantes.

Se trata de una prenda muy versátil, y las combinaciones que pueden resultar de unirla a otras prendas son casi infinitas. Es capaz de hacer tándem tanto con pantalones chinos casual como con ropa más formal, para darle cierto toque desenfadado al look final… Aunque las mezclas demasiado extremas parecen estar fuera de lugar. La mantendremos, por tanto, alejada de prendas demasiado de vestir porque puede que el resultado sea el contrario del deseado y arruinemos el look. Lo que sí resulta interesante es añadir complementos de noche, como un pañuelo de seda o un clutch de paillettes.

                                                   El inconfundible puño de la chaqueta vaquera.

Es perfecta unida a un vestido, ya que le da un toque bucólico muy interesante y aporta frescura al resultado final.  Con un pantalón de lino puede dar como final un outfit ideal para noches frescas de verano. Y si vestimos completamente de negro, la chaqueta vaquera da un buen resultado de contraste.

Aunque hasta hace poco parecía inevitable que un total look en denim nos hiciera parecer trabajadores uniformados, también ha regresado esta tendencia, y no con resultados tan desastrosos como cupiera esperar, aunque sólo es apta para valientes. En este caso, parece más correcto que al menos el color de ambas prendas (de la chaqueta y del pantalón vaquero) no sea similar, y mejora el resultado con prendas de diferentes lavados, como por ejemplo, una chaqueta en denim no lavado y unos pantalones lavados o al contrario.

Personalmente, opino que no existe nada mejor que recurrir a los básicos: la chaqueta vaquera, la camiseta blanca, un pantalón oscuro y complementos en cuero. El resultado, simplemente perfecto. Deseemos larga vida a la chaqueta vaquera; parece que ha regresado para quedarse.

Fotos: Flickr