Cuando una llega a cierta edad, se plantea que hay ciertos valores seguros que enriquecen nuestra vida, que la hacen más bonita. No son cosas imprescindibles en nuestro día a día, pero sí que nos hace felices y más seguras tenerlos. Así que, más a modo de ideas que de lista cerrada, os cuento qué cosas pienso yo que debería tener toda mujer.

  • Una bonita colección de joyas. Nunca he sido muy de joyas, y reconozco que siempre he preferido gastarme el dinero en otras cosas, pero desde hace un par de años, he ido adquiriendo una serie de pequeños tesoros que han enriquecido mucho mi joyero y mi autoestima, porqué no decirlo. Unos pendientes de diamantes (chiquititos, no vayáis a pensar) que llevo cada día y de los que no me canso nunca, un reloj maravilloso, que las que hayáis estado en mi Instagram  ya conoceréis, e incluso, algunos collares de cerámica que combinan con todo y que uso muchísimo.

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  • Un rojo de labios. Nada mejor para una mujer que encontrar tu rojo de labios. Con ese con el que te sientes poderosa, guapa, atractiva. Tómate tu tiempo en buscarlo, ya que una vez que sea tuyo, lo usarás mucho más de lo que pensabas y seguro que incluso repites cuando se te acabe. No sabemos cuánto puede hacer por nuestra autoestima un labio pintado de rojo.

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  • Un bolso negro. Tan simple y tan complicado al mismo tiempo. Un bolso negro, cómodo de llevar, de buena piel (en esto no hay que tacañear, que nos va a acompañar durante mucho tiempo), ni muy grande, ni muy pequeño. Bandolera a poder ser, sobre todo si ya eres madre o si tienes que pasar mucho tiempo en la calle. Un bolso de calidad será un valor seguro en tu armario.

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  • Un armario ordenado. El otro día puse una foto en Instagram (estoy un poco monotemática con esta red social, pero es que soy adicta) en la que enseñaba la ropa que llevaba puesta y más que la ropa, llamó la atención mi vestidor. Fue uno de los regalos que mi marido me hizo el año pasado y creo que dejar de usar esa habitación como despacho y comenzarla a usar como vestidor (sigue teniendo una pequeña mesita con el ordenador así que es multiusos) ha sido la mejor decisión que pudimos tomar. Os juro que, tras tener dos hijos, pensé que jamás tendría un vestidor pero cuando lo pensamos y nos liamos la manta a la cabeza, vimos que era posible. No os imagináis lo mucho que ha hecho este vestidor por mi economía y mi orden. De hecho, en esta temporada apenas he comprado ropa. Tenerlo todo a la vista te facilita muchísimo la rotación de prendas, de modo que te pones más lo que tienes y tienes menos necesidad de comprar. Si no tenéis la posibilidad de tener un vestidor, os recomiendo muchísimo tener un armario ordenado, en el que sólo tengáis colgado las prendas que verdaderamente os enamoran. ¿Qué eso deja vuestro armario con poca ropa? No pasa nada. Es mejor tener poca ropa y que os encante, que tenerlo lleno de ropa que no os gusta/no os vale/no os sienta bien ocupando visualmente el espacio e impidiéndoos usar la que sí que os gusta. Hay muchísimos blogs que hablan sobre este tema, os recomiendo dar una vuelta y veréis hasta qué punto es útil mantener ordenado el armario.

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  • Una rutina facial. Sé que es un rollo y que finalmente siempre hay algo mejor que hacer que dedicar ese tiempo a cuidarnos, pero en serio, nuestra cara es lo mejor que tenemos, es lo que ve la gente, por encima de la ropa, las joyas, o nuestro maravilloso carácter. Una camisa se envejece y se tira, nuestra cara la tenemos que cuidar para que no envejezca, porque no podemos deshacernos de ella. Si a mí me llegan a decir hace un año que tendría la rutina facial que tengo a día de hoy, jamás me lo hubiera creído. Pero ahora me parece de lo más gratificante. Son unos minutos que dedico a mí misma y sí, se ven los resultados. Un jabón, un tónico, un sérum, un contorno de ojos y una hidratante. Ya está. No es tanto, ¿verdad?

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Con estas cosas, nuestra vida puede ser más feliz. Otro día os cuento alguna más.

Fotos: Laura Martín, Pinterest