Nota previa: escribí este post el 7 de enero de 2015, justo cuando tenían lugar los atentados de París. Desde entonces ha estado en borrador, esperando un buen momento para ser publicado. Hoy he pensado que París es mucho más que todo lo malo que le haya sucedido, que está por encima de radicalismos y que es tan maravillosa que nada, por mucho que algunos se empeñen, puede manchar eso. Por eso París está siempre en mi corazón. Por eso quiero compartir mi viaje con vosotros. Espero que os guste.

 

Sé que desde fuera, la vida blogger parece una vida llena de eventos interesantes y planes fascinantes. Y de hecho, lo es para muchos bloggers, algunos españoles, que pasan la vida de viaje en viaje y de  evento en evento y todo lo que les rodea parece de cuento de hadas. Pero a mí esas cosas no me pasan. Parto del hecho de que no cumplo el perfil de muchos de estos bloggers y que mi situación es totalmente distinta a la de ellos, pero es que tampoco se dan las circunstancias para que ocurra. Vamos, que ni se pasan el día sugiriéndome planes interesantes ni puedo asistir a las cosas a las que me invitan en la mayoría de los casos.

Por ejemplo, que me inviten a París es algo que a mí no me ocurre. O sí, pero no es lo habitual. Y si me invitan, no puedo ir. O sí.


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A día de hoy aun no me creo que los planetas se alinearan hace algo más de un mes y que pudiera decir “Sí quiero”. Cuando recibí el correo en el que me invitaban a la presentación de la colección de la marca Kiabi en una fiesta que se celebraría en París, lo primero que pensé es “no puedo ir” y lo segundo “qué pena que no puedo ir”. No se me ocurría mejor plan que visitar París justo antes de navidades, ir a una fiesta allí y desconectar de todo lo que es mi día a día. De modo que cuando todo pareció ponerse a mi favor apenas podía creérmelo. Y os tengo que confesar que no llegué a creérmelo del todo hasta que no estuve sentada en el asiento de mi avión. Esos planes siempre se chafan al final así que cuando pisé suelo francés me faltó llorar.

Fue un viaje relámpago de algo más de día y medio que aprovechamos a tope. Lo pasamos genial en la fiesta de presentación de la colección de primavera-verano de Kiabi, que se celebraba en un piso parisino que no podía ser más ideal, y en el que la colección se había dispuesto en las diferentes habitaciones del piso. La ropa en sí me gustó muchísimo, había calidad y diseño y eso, teniendo en cuenta los precios de la marca, es toda una garantía de éxito.

Al día siguiente nos levantamos temprano para aprovechar el día en París, y vaya si lo aprovechamos. Estuvimos cuatro horas andando sin parar, viendo los maravillosos escaparates con la decoración navideña, los monumentos de la ciudad, sus parques, y por supuesto, la torre Eiffel.

Sabéis que yo no soy mucho de poner demasiadas fotos en los posts, pero es que todo era tan fotografiable que no puedo evitarlo. Aquí os enseño algunas de la presentación:

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Y algunas de lo que vimos paseando por París:

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La gente de Kiabi se portó maravillosamente con nosotros y no puedo expresar lo agradecida que estoy por todo.

Y no puedo dejar de pensar que a mí estas cosas no me pasan, pero gracias a Kiabi me pasaron.

Fotos: Laura Martín