Celia-y-Laura-laratitapresumida

 

Naciste hace diez años y lo cambiaste todo.

Hay quien dice que el matrimonio supone el cambio más grande de la edad adulta pero no hay existe cambio comparable con la maternidad. De repente ya no eres dueño de ti mismo sino que dependes física y psicológicamente de otra persona hasta puntos que jamás llegaste a imaginar.

Gracias a ti, desde hace diez años soy una persona distinta de la que fui. He ganado en paciencia y he perdido en egoísmo. Y me di cuenta, desde el primer minuto que te tuve en mis brazos, de que mi vida ya no me pertenecía. Tú eras el centro de mi universo.

Cada día es un nuevo reto y cada día aprendo algo nuevo. Ser madre es una carrera de fondo y se aprende, si no bien, al menos lo mejor posible, cayendo y levantándose nuevamente.

No me arrepiento de ningún beso, de ningún abrazo, de ninguna sonrisa y de ningún pensamiento que intente hacerte algo más feliz. La vida pasa demasiado veloz como para no aprovechar cada minuto queriéndote. Sólo tendré que aprender que quizás llegue el momento en que ya no quieras besarme y abrazarme como haces ahora. Espero que tarde mucho en llegar esto y espero estar preparada.

No ha sido sencillo, pocas cosas en la vida lo son, pero tenerte ha sido la mejor decisión que pude tomar. Quizás decir que nací para ser madre es demasiado pretencioso, pero sí que agradezco a la vida la oportunidad de haber podido serlo. Nada enriquece más la experiencia de vivir como tener algo más importante que la propia vida.

Muchos dicen que lo peor está por venir, pero yo sé que lo superaremos juntas.

Espero que me sigas queriendo a tu lado toda tu vida. Yo prometo por mi parte levantarte en cada tropiezo y estar contigo en lo bueno y en lo malo.

Te quiero, Celia.

Mamá.