Yo, que soy muy de básicos, hay dos complementos que, por unas razones u otras, no consigo que entren en mi armario.

El primero de ellos son los salones negros. Sé que suena como la cosa más sencilla del mundo. Quiero unos salones, negros, con un tacón con el que pueda caminar (algo así como 7 cms, como mucho 8, pero no más, porque si no morirían de pena en el armario), que sean simples y discretos. Ese típico zapatos para recurrir en caso de necesidad y que va bien con todo. Bueno, pues tengo que confesar que jamás lo he encontrado y que nunca he tenido unos salones de este tipo. Y no será porque no lleve tiempo buscándolos, pero siempre termino comprando otra cosa y ahí quedan ellos, en la lista de los pendientes.

Serían algo así:

Salones

Espero que no pase de esta temporada que puedan al fin ser míos. Pero no las tengo todas conmigo.

El segundo de mis básicos pendientes es el bolso de color cuero de tamaño medio y que sea bandolera. ¿Sencillo? Puede ser, pero yo debo ser muy torpe y no encuentro este bolso perfecto, que va con todo, que es lo suficientemente grande para poder llevar mis trastos del día a día pero no tan grande que se convierta en algo incómodo de llevar. 

Lo más parecido lo he encontrado en Asos, pero os diré que no es exactamente lo que quiero:

 

Bolso camel

No tengo especial interés en que sea de una marca concreta, si no más bien un bolso de fondo de armario simple y sencillo. 

El de la foto es un “algo así como” pero no llega a cuadrarme del todo. Como es imposible irme de tiendas, os diré que me he recorrido todas las tiendas online que se me han ocurrido y nada de nada. Quizás el problema es que no me apetece gastarme 500 euros en un  bolso… 

Seguiré buscando y a lo mejor entre las navidades y las rebajas, al fin finaliza mi búsqueda con un “y fueron felices y comieron perdices” entre mis salones, mi bolso de cuero y yo.