A nada que una sea un poco usuaria de visitar blogs, habrá oído hablar de este nuevo concepto de cafetaria-restaurante-lugar donde estar a gusto, que cada vez más aparece por la capital y que, junto a una decoración cuidada y un trato agradable, lo hacen mucho más apetecible que las cafeterías “de toda la vida” (que conste que esas también me gustan, tienen un encanto irresistible)

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Lo bueno de estos sitios es que, todo es tan bonito y acogedor que es un “cargapilas” natural, y si a esto le unes una buena compañía, es imposible salir de allí sin una gran sonrisa.

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La semana pasada, después de una tarde de shopping “curioso” alejado del circuito de tiendas que todos solemos frecuentar, Aribradshaw nos dijo a Shopaholic y a mí que nos iba a llevar a una cafetería chulísima de la que había oído hablar. 

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Cuando llegamos a Motha, vi que era el lugar del que habían hablado Baballa y Galletas de Ante y que tantas ganas tenía de conocer. 

He de decir que el sitio me gustó muchísimo. La decoración es encantadora, llena de detalles y la comida está de cine. Probamos la tarta de chocolate y la de zanahoria y ambas estaban muy ricas. 

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No sé si sería el sitio o la compañía, o posiblemente ambas cosas, pero salí de allí deseando repetir.

*Fotos: Laura Martín