Ya sea crisis existencial o esta crisis económica que estamos viviendo, pero si lo último que te puedes permitir es ir de tiendas, lo mejor es que, cuando tengas que comprar, optes por las prendas lisas. Y es que, el otro día me di cuenta de que, desde hace ya dos temporadas, no ha habido en mi armario ninguna incorporación estampada, lo cual resulta muy curioso.

Las ventajas de una prenda sin estampados son evidentes:

1. Son mucho más combinables: un jersey negro, una camisa blanca, un pantalón azul… puedes realizar mil combinaciones con ellos sin temor de que  la prenda resulte muy vista.

2. Resulta menos cansada. Unas flores o unos lunares son por definición más llamativos así que, después de ponértelos cuatro o cinco veces querrás cambiar de prenda y se trata de evitar eso.

3. Envejecen mejor. Salvo estampados muy icónicos la mayoría resultan flor de un día (o de una temporada), así que posiblemente no sobrevivan  a la próxima temporada y será dinero mal invertido.

 

camiseta hm

Esta camiseta de H&M es lisa pero tiene un corte que la hace distinta, lo que es una buena alternativa

 

Por supuesto que no hay que descartarlos del todo:

1. Son básicos en los complementos: un pañuelo de leopardo o un bolso de flores puede dar un toque diferente a la prenda lisa y hacerla distinta dependiendo del complemento que uses.

2. Existen estampados que son casi básicos: por ejemplo, una camisa de cuadros, si son discretos, no pasará de moda fácilmente y aguantará muchas temporadas.

3. Si no puedes resistirte a los estampados, mejor en prendas económicas. Si tienes un antojo tremendo de llevar algún estampado en concreto, mejor será una camiseta de diez euros, que un pantalón de treinta.

pañuelo y cinturon

Mi foulard estampado de leopardo, posiblemente la prenda que más uso de mi armario

Y siguiendo estos consejos, creo que seguiré sin print en mi armario.

A ver si mientras pasa la crisis.