Este fin de semana estuve ordenando mi armario. Bueno, mis armarios. Teníamos que ponerlo todo seguro (quizás algún día haga un post sobre cómo proteger una casa en el momento en que esos dulces bebés se transforman en  “detectives curiosos y sin ningún miedo”) y de paso aproveché para ordenarlo de cara a ese otoño que parece que al fin llega.

Confieso que quedé aterrada.

Sí, yo ya sabía que tenía mucha ropa, pero es que no hay armarios suficientes en mi casa para tanto trapo, para tanto zapato, para tanto bolso.

muchos zapatos

Y entre ese susto y que sentí envidia cochina al leer este post de Anita Patata Frita en el que hacía alarde de sus días de “no compradora” he decidido controlarme y dejar de comprar.

Para conseguir tan ardua labor (o al menos intentarlo) he realizado una serie de operaciones y de pensamientos que espero que me ayuden:

  • He hecho fotografías a todos mis bolsos y zapatos. Porque, como no puedo tenerlos todos a la vista, los que menos use los guardaré en cajas en los altillos de los armarios. Así tendré una vista más limpia de los que más me apetecen en este momento, pero tendré localizados el resto. Si veo que necesito un bolso o zapato antes revisaré las fotos para ver si ya lo tengo. No hay nada más triste que comprar algo que ya tienes…
  • Como ya dije en este post me he estudiado todos los lookbooks que han publicado las diferentes revistas de moda. He buscado en mi armario y he puesto bien a la vista lo que más se llevará y lo que más se adecúa a mis gustos.

inspiracion otoño 1b

  • Además de estudiar las revistas, he visto todos los blogs habidos y por haber de streetstyle y he guardado las fotos que he visto más interesantes. Me voy a crear mi propio lookbook que consultaré cuando esté falta de ideas y tenga la tentación de comprar.

CC_2011_0145

    Esta foto la tengo desde hace mucho y me encanta. Además, lo tengo todo
     
  • Con el tiempo que voy a tener por no ir de tiendas, me apetece hacer turismo. Y cocinar. Porque además, teniendo un niño pequeño (y otra que no lo es tanto, pero que también se pone pesadísima cuando entra en una tienda), ir de compras deja de ser divertido, así buscaré cosas divertidas que hacer con ellos. Seguro que todos salimos ganando.
  • Y pensando en el dinero que voy a ahorrar quizás me de un capricho de los que no puedo darme por el gasto en ropa que realizo. No sé muy bien el qué, pero sigo pensando.

Espero ser fuerte. No sé hasta cuando llegaré, ni si seré capaz de superar a Anita Patata Frita pero al menos quiero superarme a mí misma.

Ya veremos en qué queda todo…