Kina Fernandez OI 2012 10

El final del desfile, un momento mágico

Unos días maravillosos. Si existe un evento que bajo ningún concepto quiero perderme, ese es el más grande de todos lo que suceden en Madrid a lo largo del año, Cibeles. Tengo que reorganizar toda mi vida para que se descuadre lo menos posible en mi ausencia, y lo hago con meses de antelación, pero merece la pena cada segundo pasado allí. Evidentemente no puedo dejar por completo mis quehaceres diarios, y me pierdo alguno de las presentaciones más interesantes, pero no me quejo, lo que he visto también ha sido estupendo.

Montesinos OI 2012 1

Los niños cantores de Montesinos. ¡Qué vivan los desfiles-espectáculo!

Las tres Cibeles. Desde mi perspectiva, existen tres Cibeles, que, aunque conviven al mismo tiempo, alguna apenas tiene contacto con la otra. Por un lado está la Cibeles de los profesionales: modelos, diseñadores, maquilladores, peluqueros, periodistas… aquellos para los que Cibeles es un trabajo, que, aunque pueda ser estupendo, es su modo de ganar la vida y como tal la viven.

Agatha Ruiz de la Prada OI 2012 1 El cansancio de las modelos. ¡Y que luego haya quien diga que es un trabajo fácil!

Luego estamos los que lo contemplamos desde el otro lado, aquellos invitados a los que, por unos días, se nos deja participar de ese sueño y que, al menos en mi caso, admiramos boquiabiertos casi desde el principio hasta el final, como unos afortunados que somos.

Y por último están aquellos para los que Cibeles es otra feria más. Familias con niños en su carrito, adolescentes cargadas de revistas, abuelillos que esperan horas para tomar un café. Debo admitir que jamás me he peinado, ni maquillado, ni he participado en los concursos. En ninguna edición. Quizás debería plantearme una edición desde ese punto de vista, porque lo cierto es que parece que lo pasan realmente bien…

El problema de los asientos. Desde que el viernes por la tarde fui a Ifema con el propósito de ingresarme y no ver la luz del sol hasta el lunes me sorprendió ver  la cantidad de gente con ganas de entrar a ver los desfiles. No sé si será mi percepción pero había demasiada gente para el aforo limitado que son los desfiles. De este modo, vi el desfile de Devota y Lomba en el último sitio de la última fila. Y tuve mucha suerte. Lo mismo ocurrió durante el resto del fin de semana. Claro está que doy con un canto en los dientes por poder estar allí y comprendo perfectamente que hay mucha gente que está en mi misma situación. Me da igual ver un desfile en la última fila, de pie, o haciendo el pino puente (no sé hacerlo, pero por algunos diseñadores lo intentaría) Lo que no soporto es la falta de educación. Soy una tía pacífica y muy obediente, incapaz por sistema de crear una polémica. Por eso no necesito ni una mala cara ni un mal gesto. Afortunadamente tengo que decir que, por regla general, lo que sobra en Cibeles es precisamente buena educación y me siento más querida que otra cosa.

Lomana 1

El momento perro, que vivimos en varios desfiles. No era de Lomana, sino de la señora de la izquierda, que lo tuvo en el bolso hasta el final del desfile

La desvirtualización. Cuando llego a Cibeles, siempre se me viene a la mente la canción de Cheers, (lo que demuestra que soy una viejuna) Where everybody knows your name. Conozco a muchos bloggers y a muchos de ellos, por desgracia, no los veo más que de edición en edición. Así que se repiten los abrazos, los besos (me he cogido fama de besucona estando allí, fíjate) pero siempre se da la ocasión de poner cara a los que no conocía personalmente pero sí seguía  desde la cercanía de la pantalla. Por eso, agradezco el sábado estupendo que pasé con Carmeron, las risas que pasé con Kortvex y MariadlaO (corto pero intenso), los desfiles que comenté con La Otra Horma, y con A trendy Life… Sé que sois muchos más, pero la memoria me pasa factura (los años again) Genial haber conocido a nueva gente y genial el rato que he pasado con los que ya conocía. Gracias por vuestro tiempo.

Y como este post me está quedando pelín ladrillo, quizás deje alguna cosa pendiente para otro post,  pero con este ya cierro el tema Cibeles.

Que sí, que he estado pesada como yo sola…

Pero qué queréis, si me cuesta sudor y lágrimas (literalmente, lo juro) estar allí y soy tan afortunada de estar, tendré que al menos, disfrutar contándolo…