Yo siempre he sido de zapato de piel. Con esto no quiero decir que sea una tonta que lo tiene que llevar todo de primera calidad. En este caso, se trata más bien de una necesidad. Todos los zapatos tienen la mala costumbre de rozarme, y si no son de piel, directamente me destrozan los pies. Una, que es de pie fino, que diría mi madre.

El caso es que siempre me han sorprendido los zapatos de plástico. Y no me refiero a los zapatos de marcas que todos conocemos, esas que según entras por la puerta sabes que nada bueno pueden acarrear a tus pies, por muy buenos que sean para tu bolsillo.

Me refiero al plástico, plástico. Ese que no intenta disimular que lo es, sino que lo destaca con orgullo.

Al máximo de plástico que yo he llegado en mi vida ha sido a las cangrejeras que utilizaba para ir a la playa y que no me quitaba en todo el día (vamos que no sé qué podría haber nacido allí. Prefiero no planteármelo).

 

jellies shoes 1

 

 

Recuerdo que hace unas temporadas, Marc Jacobs sacó unos de estos zapatos de plástico, que para ser finos, llamaremos jellies shoes.

 

jelly shoes mj

 

No me parecieron mal del todo, son graciosas, pero no les encuentro demasiada utilidad, más allá de ser una versión fina (y cara, claro) de las cangrejeras de siempre.

Pero lo que de verdad me enloquece son las colecciones que desde hace un par de tempradas saca Vivienne Westwood para Melissa. Como ya he dicho, fuera del concepto “playa” no entiendo este tipo de calzado, y sin embargo, estas colecciones salen a la venta tanto en verano como en invierno.

 

melissa vivienne

 

Son así, de plasticazo total y por lo que he podido leer, tienen bastante éxito. Por si hay alguien interesado en hacerse con unos, los venden aquí.

 

Y yo me pregunto:

Si se venden en invierno ¿será a modo de zapato de agua (como botas, pero más mono)?

¿Quizás tienen algún otro sentido que no llego a comprender?

Eso sí, todavía me pregunto si me gustan o no…

 

 

 

Vía: shoewawa, my lookbook, Trendencias