• Cuando allá por agosto me planteé asistir a Cibeles estaba convencida de que la organización del evento iba a estar de mi parte y todo serían facilidades para poder cubrir toda la pasarela. Fui una ingenua, ahora lo sé. Pero afortunadamente, tras el rechazo de mi petición de acreditación, mi plan B, que consistía en solicitar invitaciones directamente a los diseñadores, me dio la más grata de las sorpresas. Todos respondieron, fueron rápidos y atentos, e incluso en los casos en los que era imposible tener invitación, los gabinetes de comunicación terminaron colocando a los bloggers en lugares privilegiados. Aún me dura la emoción por el trato recibido, así que sólo puedo decir GRACIAS.

Ailanto 4

  • Para los que no hayan ido nunca, el pabellón en el que se celebra Cibeles tiene una parte exterior, llamada Cibelespacio, y dos salas en las que, alternativamente, se van celebrando los diferentes desfiles. A mí, personalmente me gusta la sala Cibeles, porque tiene sillas individuales, y se está mucho más a gusto. Neptuno tiene asientos corridos y facilita el apiñamiento, lo que en el caso de los bloggers es interesante, porque como supervivientes, somos capaces de colocarnos tres en un solo sitio.

Amaya Arzuaga 11

  • En Cibeles no se come. O al menos es una misión complicada. Existe una cafetería (esta edición patrocinada por Vogue), pero siempre está muy llena y no siempre hay tiempo entre desfiles de poder picar algo. Además, en el caso de los bloggers, como nos citaban antes para colarnos, perdón, colocarnos en el desfile, el tiempo es aún menor. Así que, nada más salir del desfile, nos encaminábamos al stand de la cerveza Cruzcampo Light, nos tomábamos una cervecita y de tapa nos ponían anacardos, panchitos y demás. Con eso, el stand del café Nespresso y el chocolate de Cote D´or, íbamos tirando. Los más afortunados, aquellos que estaban acreditados, podían entrar en el kissing room, que es donde, una vez acabado el desfile va el diseñador y todos sus invitados vip y que está patrocinado por una empresa de vodka. Verdaderamente, tomarse un combinado de vodka a las once de la mañana no es para todos, pero nosotros ni siquiera teníamos esa opción.

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  • Cibeles es un circo. Creo que allí casi nadie desentona. Vi a una madre que iba vestida exactamente igual que sus dos hijas, gente muy arreglada y otros que parecían vestidos por su peor enemigo. Es como en Carnaval, que todo vale.

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  • Cibeles es muy Gratis total. A los ya mencionados patrocinadores hay que unirles el maquillaje gratis, las fotos de portada, y los sorteos. En Paredes sorteaban zapatillas pero no tuve suerte. Eso sí, me he venido a casa con una bolsa de Cibeles, un borsalino, una camiseta de Paredes y hasta una vela del desfile de Ailanto, que huele a café. Me he quedado sin el vino de Amaya Arzuaga, que sí conseguí en la anterior edición, pero que quedaba limitado a los asientos de las primeras filas.

Juanjo Oliva 1

  • Lo más peculiar de todo el cibelespacio era un personaje, vestido de Freddy Mercury y pasando la aspiradora por todo el recinto. Yo, en su caso, me lo hubiera tomado con humor, pero él resultó ser el ser más antipático de todos los que vi por allí.

Miriam Ocariz 1

  • El apartado de famosos requiere punto aparte. Los hay encantadores y verdaderos callos. Lo mejor era tener localizada a Carmen Lomana porque su Jaguar estaba aparcado en la puerta todo el día. Yo creo que entre desfiles se iba allí a echarse siestecitas para aguantar el día.

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  • El mayor subidón me lo llevé en el desfile de Amaya Arzuaga en el que al buscar mi sitio, vi que estaba mi nombre puesto. ¡No me lo podía creer! Por supuesto, me guardé el cartel de recuerdo.

Montesinos 3

  • El desfile más divertido fue el de Montesinos. La salida de Rafael Amargo, los pelos de todas las modelos, el hecho de que no sea una continua presentación de prendas, sino algo más, nos conquistó a todos los que estuvimos allí. Eso sí, el mejor de todos, como se ha dicho por activa y por pasiva, ha sido el de José Castro. Se ha llevado el premio Loreal a la mejor colección y creo que es el premio más justo del mundo. Y como va a triunfar y va a ser el diseñador más importante de la historia española, pues podré decir que un día yo vi un desfile suyo.

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  • Otra anécdota graciosa se vivió en el desfile de Kina Fernández cuando, a punto de iniciarse, los fotógrafos comenzaron a cantar el cumpleaños feliz a uno de ellos. Al final, todos los presentes aplaudimos.

 

V&L 2

  • Jon Kortajarana es un caso aparte. Cada una de sus salidas era toda una revolución. En el desfile de V&L nos parecía que andaba raro. Luego nos dimos cuenta de que se estaba escurriendo con los zapatos…

 

Pero lo mejor, lo mejor de lo mejor, ha sido la compañía. Estar con Cris y Jose_airam (y con Mamen en nuestros corazones) y lo mucho que nos reímos juntos; ver nuevamente a  Thesil y disfrutar de todos los desfiles en su genial compañía (I miss you); conocer a Lorentzo y a su amigo Frank y compartir cervecitas y pinchos, pasar ratillos con mis queridísimas Cris y Lujosa (tan cortos que ya me estoy planteando un viaje relámpago a Barcelona); que La Condesa nos colara en el kissing room (sus quehaceres fuera de Cibeles no le permitieron mucho más);  cruzarme con Tommy Pelluz y avisarle de que, una vez más, serán sus fotos las que robe coja prestadas para mis posts,  conocer a Bárbara Crespo y darme cuenta de que es un verdadero amor (nos pilló hablando de ella y se acercó a saludar…); ver tras cada desfile a Miss at la Playa (que es toda una profesional que va a todos los desfiles) y a  Heidi (sus camisetas serán la prenda must de la temporada, ya veréis…); estar un poquito con Raquel (demasiado poco, eso hay  que arreglarlo); compartir desfiles y confidencias con Laura y Shopaholic; ver trabajar a Fernando y decirle un breve “hola, adiós, me gusta tu trabajo”, estar ratitos breves con Chloe y The healthy ghost, que, pese a estar sólo por un día allí, quisieron pasar un rato con nosotros…

Sé que me dejo gente en el tintero, pero la memoria no me da para más. A todos muchas gracias. Somos alborotadores, somos escandalosos, pero también somos los que más horas pasamos allí sin más beneficio que el de disfrutar de aquello que nos une a todos: la moda.