Desde mi retiro autoimpuesto regreso con lágrimas en los ojos y el corazón roto.

La banda sonora de mi vida ha quedado en silencio porque Antonio ya no está conmigo. Los pensamientos se me atropellan y no encuentro las palabras exactas para explicar los sentimientos tan dolorosos que ahora mismo se me agolpan en la garganta.

Desde que siendo niña me convertí en una chica de ayer, Antonio me ha acompañado, en cada paso, en cada letra. Su música, mi amiga, sus letras, mi inspiración. No puedo elegir una sola, sería injusto con el resto.

Sabía que cada canción podía ser la única, que no se quería tanto como nosotros le queríamos a él. Ser su admiradora era un acto de fe. Pero merecía tanto la pena…

Ahora me he quedado hueca, y creo que lloraré por siempre tu despedida.

Descanse en paz, Antonio Vega. Desde aquí siempre te echaré de menos.