La historia comenzó como una tontería, como un flechazo de esos que me dan a mí tan a  menudo, viendo algo en alguien y dándome cuenta de que mi vida no tiene sentido sin ese algo. Los caprichosos ya sabéis cómo funciona el cerebro de un caprichoso y los que no lo sois, no sabéis la suerte que tenéis.

Pero claro, hay caprichos y caprichos. Hay caprichos de esos que tú misma te dices “si me compro esto, voy a ser la envidia del portal, del barrio y hasta del extrarradio”. Esos son estupendos porque te sientes genial contigo misma.

Luego están los otros. Esos caprichos irracionales, en los que hasta tú misma intentas justificar lo injustificable, los que en el fondo dudas de que, en el improbable caso de que los lleves a cabo, serás una rara, en el mejor de los casos o una hortera redomada, en el peor.

El tema surgió del modo siguiente:

LLevaba un tiempo pensando en comprarme un bolso que fuera pequeño y no me pesara ni me molestara. Pero ¿cuáles eran mis opciones? Pocas, la verdad.

Como en tantas ocasiones, de que mi visión ideal fuera una realidad tuvo la culpa SJP o Carrie Bradshaw o Patricia Field, que en el fondo es la que está detrás de cualquier cosa que salga en Sexo En Nueva York. Yo vi esta imagen y flipé:

 

riñonera carrie_bradshaw

 

¡Era justo lo que necesitaba!

Hace unos años, si existía un bolso hortera por excelencia ese era la riñonera. Así que, viendo la imagen de SATC, me pregunté ¿acaso era posible llevar una riñonera con dignidad?

Investigué un poco más y encontré el bolso en la página de Gucci:

 

riñonera gucci

 

E investigué un poco más y descubrí que el belt bag (las cosas como son, el nombre en inglés le quita las connotaciones negativas) costaba la friolera de 395 $. ¡Qué pastizal!

Pero como las desgracias no vienen solas, también descubro con horror, que no es Gucci la única casa que comercializa este tipo de artículos.

Los veo en la pasarela, de la mano de Etro:

riñonera etro

 

Los encuentro en Eluxury, firmados por Louis Vuitton:

riñonera LV

Viéndolos por todos lados, se me despiertan miles de dudas (bueno, quien dice miles dice dos o tres…):

¿Seré una adelantada a las modas y lo que es mi capricho hoy será la tendencia del mañana? (esto lo dice mi lado ególatra, el que intenta justificar lo injustificable)

¿Volveremos todos a colocarnos una riñonera? (yo no me la puse en su tiempo, así que sería mi oportunidad)

¿Es posible que un complemento con tan mala fama pueda revestirse de lujo y ser elegante?

¿Os colocarías una riñonera y saldríais a la calle?

Me lo estoy planteando seriamente, no os creáis…