A estas alturas de la película no cuento nada nuevo al dar la noticia de la censura del cartel de Diario de una ninfómana por parte del Ayuntamiento de Madrid y la Cope. El cartel de la polémica es éste:

 

                     Diario de una ninfómana

Como de momento este blog no está censurado puedo exibirlo

 

La verdad es que la película no me llama especialmente la atención. Tampoco me la llamó la novela, ni su autora, que todo hay que decirlo, me parece pelín marisabidilla y  una listilla del tres al cuarto. Lo que me llama la atención es el hecho de que a estas alturas del siglo, y con todo lo que llevamos visto, algo así sea digno de atención, y más aún, de prohibición por parte de la Administración y la Prensa, al nivel que sea.

Cuenta el director de la película que ofreció cortar la imagen e incluso eliminarla por completo, pero no fue suficiente. Lo escandaloso era la palabra ninfómana y la protección que se pretendía salvaguardar era la de los niños. Y yo me pregunto: ¿Cuántos niños conocen el significado de la palabra ninfómana?  ¿A qué edad se conoce el significado de esa palabra?

A lo largo de los años, hemos visto estrenar películas y novelas con la palabra como Puta, coño, teta, huevos y demás lindezas en sus títulos. Que yo recuerde, desde que finalizó la dictadura, nunca había ocurrido esto. Y la verdad es que no lo entiendo.

Por otro lado, jamás el director y la productora se han visto en otra como ésta. Nunca una publicidad es  tan gratuita y consigue tan buenos resultados como la que resulta de una buena polémica. El director se está recorriendo todas las televisiones y radios, está contando su versión de los hechos y está consiguiendo que se hable de su obra en prime time y en todos los informativos, cuando de no haber sucedido el hecho, no hubiera pasado de nota de prensa minúscula sin más. Y eso, en los tiempos que corren, termina siendo todo un lujo.

Además, la censura consigue el efecto contrario, es decir que los enemigos del censor, que evidentemente los tiene, como todo político, le darán más publicidad aún a la situación. Por el momento, la Comunidad de Madrid ya se ha desmarcado y ha dicho que no tiene ningún problema ni con el cartel ni con el título. Al final, el censor se queda solo y con cara de tonto.

La misma semana me entero de que la publicidad de Eva Mendes para Calvin Klein, en concreto, su anuncio de ropa interior, ha sido censurado en las televisiones de Estados Unidos por ser considerado “demasiado picante” .

 

                 Eva_Mendes.calvin klein 

                       Eva, muy sorprendida por la noticia

 

Particularmente, no lo veo distinto a otros de la marca, debe ser que tengo el ojo hecho a este tipo de publicidad. Calvin Klein, que está ya muy habituado a este tipo de reacción, supongo que en el fondo, también estará encantado.

 

Ante tanta censura, no puedo evitar preguntarme

¿Realmente consigue los propósitos que pretende?

¿Termina siendo peor el remedio que la enfermedad, la publicidad obtenida gracias a la censura que el haberlo dejado correr?

¿El escándalo realmente compensa?

 

A mí, particularmente no me gusta nada que se censure nada. Y siempre preferiré un anuncio de una chica con poca ropa a una noticia violenta emitida en el informativo nocturno, en horario de máxima audiencia y sin aviso previo. Pero parece que eso sólo me escandaliza a mí.