Durante las últimas temporadas, hemos venido escuchando machaconamente la cantinela de que los ochenta estaban aquí y que estaban para quedarse. Al principio, reconozco que la cuestión tenía su gracia y recuperamos tan contentos para nuestros armarios los pantalones pitillo y las camisetas de grupos de rock.

pitillo tshirt

La pasada temporada, los diseñadores, nostálgicos empedernidos, volvieron a dar otra vuelta de tuerca al tema, esta vez atacando directamente a mis peores recuerdos de juventud con el accesorio más “ortopédico” de mi vestuario de aquel entonces: la hombrera.

 

Hombreras de Gucci

Afortunadamente, la tendencia no pareció calar demasiado hondo y no me he encontrado demasiada gente luciéndolas (exceptuando las mujeres de cierta edad, que nunca se apearon de ellas).

Esta temporada, a la vista de las siguientes pruebas, parece que mis peores pesadillas se van a convertir en realidad.

Prueba 1. El pantalón lavado a la nieve: Ya me referí a él en un post sobre mi adolescencia. Nunca pensé que regresaría, pero lo he visto en Topshop y aún no puedo creerlo:

 

topshop stone jeans

 

Prueba 2. El baggy pant. Como dice Vivi, da igual cómo los llamemos. Estos pantalones son los clásicos en los años ochenta. De tiro alto, con pinzas y estrechos en la parte baja de la pernera. Todos los que vivimos en los ochenta los hemos llevado. Entonces no eran nada favorecedores (sólo hay que buscar fotos antiguas para recordar), pero confieso que al menos, me probaré un par antes de descartarlos totalmente. Nunca sabes dónde puedes encontrar una grata sorpresa y en el fondo, me niego a creer que todos los diseñadores se hayan puesto de acuerdo en recuperar una prenda que no nos favorezca en absoluto. Habrá que darles un voto de confianza, ya que se supone que son los expertos.

 

baggy pants YSL

 Prueba 3. El pelo frito. Su recuerdo me produce escalofrío. Era como haber metido los dedos en el enchufe. Había dos modos de conseguirlo. El manual consistía en lavarte el pelo, con él mojado llenarte la cabeza de trencitas y esperar a que se secara para deshacerlas. El segundo método era ayudarte de una máquina. Existían unas placas que acoplabas a la plancha de alisado y te iban “friendo” el pelo hasta quedar como una escarola. Escalofriante. Pues bien, he aquí un par de fotos que me han puesto los pelos de punta (que no fritos, por fortuna). Las he visto en arrebatadora y aún me cuesta creer que sean actuales:

 

pelo_plancha

 

¿Hasta qué punto tiene que ser cierto que en la moda todo vuelve?

¿No sería mejor dejar algunas tendencias descansar y no recuperarlas nunca jamás?

¿Cómo llegarán estas tendencias a la calle?

Creo que personalmente cuento con el handicap de que algunas de estas tendencias ya las llevé en su momento y que posteriormente, terminaron pasando de moda y dejaron de gustarme (el pelo frito nunca lo llevé, la verdad, aunque sí llegué a tener la plancha). Si logro superar los recuerdos puede que me termine alegrando del resultado.

No creo que recupere los pantalones lavados a la nieve, ni el pelo frito, pero puede que lo intente con los baggy pants. No sé, no sé, tendré que pensarlo…

¡Feliz fin de semana!