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El pasado lunes, recibí una invitación por parte de Loreal para asistir a un desayuno y posterior presentación de un nuevo producto: el maquillaje Minerals de Maybelline.

Acepté gustosa y ayer fui al Hotel de las Artes, en Madrid dispuesta a pasar un buen rato. Y ciertamente, lo pasé. El planning era el siguiente:

    • 10:30  Bienvenida y desayuno
    • 11: 00 Presentación equipo y producto
    • 11:30-13:00 Curso automaquillaje Gato

 

Desayunamos, charlamos un poco con la gente de Maybelline (adorables todos, especialmente Cristina, la directora de Marketing, con la que charlé de todo, incluida la moda española y el mundo de los blogs) y nos dispusimos a aprender todo lo posible sobre esta nueva línea de maquillajes en particular y todo tipo de trucos de belleza en general.

El curso de automaquillaje lo impartía Gato, al que  conocíamos por sus incursiones en la televisión (era el maquillador oficial de Factor X). Sus explicaciones resultaron agradables y cercanas. Fue paciente y amable con todo nuestro interrogatorio. A cada pregunta que realizábamos sobre tal o cual producto o su aplicación, la directora de Comunicación, cual Papa Noel, nos repartía muestras para que probáramos los trucos del maquillador en nosotras.

¿Y el maquillaje Minerals? Nos explicaron que es un maquillaje cien por cien natural, que no tiene aditivos y que inicialmente era el que utilizaban las mujeres sometidas a cirugía para no tener reacciones con el maquillaje normal.

¿Qué prometía el maquillaje Minerals? Ser cubriente, luminoso y fácil de aplicar. Se aplica con una brocha especial, denominada Kabuki, por estar inspirada en las brochas de maquillaje de las geishas y según Gato, por mucho que te lo retocaras, no crearía zonas muy maquilladas ni desagradables “caretas”. Por si todo esto no fuera suficiente,  sería muy duradero, puesto que resistiría todo un día sin cuartearse, y sin aparición de zonas grasas.

Sé que parece ciencia ficción que exista algo así, pero tengo que reconocer (y eso que al oir semejante milagro, todo eran duras) que todas sus virtudes son absolutamente ciertas, al menos en mi propio caso. LLegué a casa a la noche, después de comer, pasear, reir, besar… vamos un día completo. Cuando me miré al espejo, ¡seguía maquillada! Sin brillos sin zonas cuarteadas… todo bastante perfecto aún. Reconozco que me ha sorprendido. 

Así pues, la experiencia fue estupenda. Gente amable, muchos trucos de belleza que pienso aplicar, y un producto estupendo que voy a utilizar a partir de ahora. Además de venirme con muchos productos de maquillaje, tuvieron el detalle de regalarnos una camiseta de “Sexo en Nueva York”, que pienso estrenar en breve.

Sólo me queda agradecer a Miguel Guardia que se acordara de mí para esta experiencia y por extensión a todo el grupo de Maybelline por hacerme pasar un día tan grato.

Ah, nos hicieron muchas fotos pero aún no las tengo en mi poder. Prometo otro posts con ellas.

¡Feliz fin de semana!