Un premio, un meme y una explicación

En primer lugar quiero agradecer infinitamente a BEA por el premio que me otorgó la semana pasada y que aquí os muestro con todo mi orgullo

Estoy muy contenta de que mi blog no sea un mal blog y que gente como Bea lo considere interesante. Eso es muy importante para mí. Me tenéis que perdonar pero no sé quién lo tiene ya, y por lo que he visto sois muchos así que por mi parte lo quiero dar a todos los que os pasáis por aquí cada día y estáis empezando en esto del postear y bloguear. Sé que son difíciles los comienzos (bueno, yo todavía me considero bastante novata en esto) y por eso tenéis que pensar que vuestro blog no es un mal blog, sobre todo cuando lleguen las dudas.

En segundo lugar quiero explicar porqué he tardado una eternidad en agradecer este premio y en escribir algo en el blog.  Resulta que el domingo pasado yo me acosté  toda feliz de la vida después de un fin de semana estupendo. Cuando el lunes fui a abrir los ojos, una punzada tremenda en el ojo izquierdo me hizo volver a cerrarlo y a tientas llamar a mi hermano para ir a urgencias. El diagnóstico: úlcera en la cornea. La semana ha sido una auténtica pesadilla, con los ojos cerrados todo el día (os preguntaréis porqué los ojos si sólo tenía uno perjudicado, pero es que mis ojos son tontos de remate y van a la par: si uno se cierra el otro no se sabe abrir). Gracias a mi madre, que me ha ayudado en todo, la cosa no ha sido aún peor, pero claro, todas las cosas que se hacen con los ojos han quedado vetadas para mí: nada de leer (con las revistas recién saliditas del horno con todas las colecciones de primavera, qué suplicio), nada de televisión, nada de ordenador… y claro, nada de blog, ni de leer otros blogs, ni de ver la pasarela de Milán…. Vamos, que una semana para no olvidar.

Aunque aún no estoy bien del todo y la vista se me empaña bastante (consecuencia de forzar el ojo bueno, en éste se me ha creado una queratitis, vamos una fiesta continua) pero al menos ya puedo volver despacito al mundo.  Así que este post es más bien una disculpa por mis no posts. Espero ir mejorando y poder volver a navegar por la blogosfera y la red para buscar estupendos looks y noticias interesantes para reirnos un rato.

Por último, BEA me ha nominado para un meme para contar cuál ha sido mi mejor y mi peor regalo. La verdad es que el tema no es nada fácil.

Del mejor regalo hay muchos, si me centro sólo en lo material, que es de lo que se trata. Recuerdo cuando mi padre me regaló la positivadora, en los tiempos en los que las cámaras aún llevaban carretes. Por muchas razones es un regalo muy especial, y me emociona al pensar en él. También están en este apartado, una  cruz  de oro que me regaló mi madre y que ella tenía desde joven. Ahora la llevo siempre conmigo y sidmpre la toco como un acto reflejo cuando tengo dudas o necesito fuerzas. En cuanto a lo material cien por cien, dos regalos de mi marido: unos pendientes de esmeraldas que me trajo de Colombia y una camisa de Loewe preciosa que me regaló hace menos de un mes. Seguro que se me olvida alguno, pero es que hoy, mi cerebrito no da para más.

En cuanto al peor regalo, se me ocurren algunos que me hicieron mis amigas a los quince años o así y que eran de puro espanto, pero bueno, hay que excusarlos porque al menos había voluntad. Sinceramente y por más que lo pienso, no creo que haya recibido nunca ningún regalo realmente malicioso aunque sí desacertado. Lo dejaré ahí. Por mi parte nomino a Thesil y Chicochuc y a todos los que os apetezca contar vuestros regalos.

Edito a 26 de Febrero: Lujosabarcelona me ha hecho recordar un regalo espantoso que recibí en el colegio, cuando hacíamos el amigo invisible. Un “amigo invisible” me regaló un folio pisado. Así, tal cual, por lo menos me lo podía haber regalado nuevo, digo yo.

Ah, una última cosa:

¡Qué guapa Pe! Con su traje de Chanel Haute Couture, diseñado por Karl Lagerfeld  exclusivamente  para ella, la cartera de Roger Vivier y las joyas de Chopard. Siento no poner más imágenes de las que han sido mis chicas (y chicos) favoritas pero es que los ojos no me dan más de sí.