Debo confesarme: me chifla esta petardilla. Ya sabemos que no tiene oficio ni beneficio (bueno, beneficio sí tiene la chica) pero hay que reconocer ha creado de sí misma un personaje y eso tiene su mérito.
Llegó a Mallorca con la excusa de colaborar en una gala benéfica The playing for good, que se convirtió en la fiesta del verano con visitas como la de Eva Longoria, aunque la pobre quedó aún más chiquitita de lo que es con la presencia de la rica heredera, que acaparó todos los focos para sí, dejando al resto de invitados con dos palmos de narices.
Posó como una megastar, con esa cara de bobita, esas posturas imposibles y esos morrritos que me recuerdan a la posh Beckham y luego salió corriendo para el baño, que por lo visto la chica venía con una urgencia.
Dos cosas a comentar: el vestido era muy mono, blanco y con pequeñas lentejuelas que resaltaban su bronceado, con cartera y zapatos del mismo color, y el corte de pelo le queda francamente bien, pero… ¡qué opinará sobre él la empresa fabricante de extensiones con la que tiene contrato? Bueno, quizás tiene otro con alguna famosa peluquería, quién sabe….
Vía trendencias
